Fabelo, quien trajo inmensas telas coloreadas (oleadas, al oleo), se dedicaba a desenrollar y a revisar el estado de sus pinturas.
Mendive, en tanto, esperaba tranquilamente a que sus "Hachas de doble filo" fuesen colocadas en las paredes en las que serian expuestas!
Que honor y que privilegio el estar con este tipo de personajes... por eso es que, cada día, agradezco el haber podido agarrar esta profesión de hacedor de fotos durante esta estancia mía en la tierra... bueno, de haber sido "guiado" a tomar este camino!